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TAL  VEZ DEBIERA SER POETA                                                                        

 El pelo largo, la barba recortada,

una gorra con  verdes  y amarillos,

una roja bufanda,

el chaleco al descuido y un abrigo

con las mangas muy largas.

Un zapato marrón y otro celeste,

Un pantalón marfil

y medias blancas.

Camisa gris oscura y un pañuelo

en mi mano apretada;

unos lentes pequeños sin aumento,

un bolso con diez libros en mi espalda…

Tal vez pudiera ser poeta, si averiguo

donde comprar el genio que me falta.

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JUEGA UN JUEGO VERDADERO

Juega un juego verdadero

donde integres las huestes de tus adversarios
y aun perdiendo quieras ganar.
Juega un juego que remonte tus sueños
por sobre las nubes negras
de quienes ya no tienen esperanzas
y las disuelva con rayos de inocencia.
Juega el juego
de ser despojado minuciosamente
de los preciados secretos
de tu ansiada eternidad.
Un juego sin mentiras
como el que juegan los sabios
contra los hombres necios
y empatan la partida.
No hablo de ese juego
de los sueños gastados,
el que siempre termina
sin que nunca comience.
Hablo de un juego de sueños verdaderos:
el que siempre comienza;
el que nunca termina.

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 EL VUELO DE LA SOMBRA

 El vuelo de la sombra es un milagro

 que el mismo Dios ignora y se lo calla

 que se enciende y se expande  en volteretas

cuando en la noche oscura se confunde

lo negro y la negrura con la calma.

Ella renace entonces de sí misma

liberada de formas sin relieves

tan extensas, angostas, aplastadas,

que no le pertenecen  y condenan

siempre a vivir a otro destino atada

(Carcel que imponen los que solo entienden

la vida iluminada)          

No necesita ver por nuestros ojos

a sus sentidos interiores llama.

En su viaje ancestral, mágicamente

se hace còndor sobre las altas cumbres

cimbreante pez bajo las mansas aguas

un felino corriendo por el campo

y en sus ansias de paz, paloma blanca

Y esa noche, la que nosotros vemos  

como un collar de luces apagadas                                                                

es su cielo, su sol, su clara luna

se rescata a si misma del destino

se da su forma libre y soberana

y es un duende que baila alegremente

porque ella nunca, nunca, tendrá sombra

 y para siempre, siempre, solo alas.

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