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LA VOZ INTERIOR
- Escribe ahora – dijo el hombrecito calvo, casi anciano, de nariz prominente y mirada profunda.
Nunca fuí escritor; no pergueñé mas
que alguna mediocre composición en la primaria; siempre me resultó dificultoso
enhebrar una decena de oraciones coherentes.
Pero
el imperativo no
dejaba lugar a
dudas sobre lo
que debía hacer, y lo hice.
El hombrecito me dictó de corrido, con
puntos y comas, el cuento breve mas disparatado que pude conocer. Después
guardó silencio.
- Y el Autor? Cuál es su nombre? – le
pregunté.
El radio reloj inundó con las primeras
noticias del día mi habitación. Los escasos veinte minutos de que disponía para
ducharme, vestirme y desayunar, se evaporaron antes de darme cuenta de que ya
estaba viajando hacia mi empleo apretujado en un colectivo. No tuve tiempo para
pensar en el hombrecito de mi sueño ni en lo que me había dictado.
Ni durante ese día, ni en las
siguientes dos semanas.
***
Los lunes siempre me pasa. Recién al mediodía
puedo dar una ojeada al periódico, mientras consumo un sándwich y una gaseosa
en el bar de la esquina de la oficina.
- “Casa Cultural organiza Concurso de
Cuentos breves de tema libre”. – Por qué no?
Tal vez pueda reconstruir el tema de
mi sueño. Todo era cuestión de transcribir lo mas fielmente posible cuanto me
había sido dictado.
Mi cuento ingresó al Concurso, fue
seguramente leído, valorizado y olímpicamente descartado por ausencia de
mérito. Eso fue lo que pensé al enterarme que no había figurado para nada entre
los Premios y Menciones otorgados.
***
Los lunes siempre me pasa. Aunque haya
transcurrido caso un año. Mediodía,
bar, periódico . Página 62,
Sección Literaria, Nuevos Escritores. Un título,
un libro de Cuentos breves de
éxito en las Librerías. Una Obra publicada en la
página. Mi Cuento! Pero el nombre del autor no es el mío…
***
Su
Señoría hizo lugar a mi reclamo y dispuso un careo con el demandado. Al
fin podría conocer al usurpador!
- Mantiene Usted ser el verdadero
autor de este Cuento ? – inquirió el Juez.
- Sí, Su Señoría – respondió con voz
fuerte un hombrecito calvo, casi anciano, de nariz prominente y mirada
profunda.
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